sábado, 1 de septiembre de 2012

SIMPLEMENTE NUESTRA VERDAD

Es necesario saber no dejar una cosa hasta que esté acabada .
Es necesario saber dejar una cosa cuando esté acabada.
Así es la ley natural de la vida.
Cada cosa debiendo ser comprendida como algo que hacer, en el sentido de la propia evolución y no en el sentido de la cosa en si misma
Cada cosa tiene un sentido preciso y se trata de comprenderlo, si no, la acción hecha no tiene ningún sentido en sí.
Si una persona continúa una cosa cuando ya está acabada, creará una resistencia y un sufrimiento; un sentido de desarmonía.
Esto no tiene nada que ver con los acontecimientos y personajes exteriores.
Es necesario distinguir entre el miedo de perder al otro, en el sentido de soltar, de desposeerse, que remite a un temor al vacio; es decir el miedo a la consecuencia ("¿Que ocurrirá luego?") y el miedo a no poder conservar, no poder mantener el nexo con el otro. El miedo a que se corte el nexo y de lo que le ocurrirá al otro.
En el primer caso, es el miedo por uno mismo.
En el segundo caso es el temor por el otro.
Uno se orienta haciá el interior.
El otro está orientado haciá el exterior.
Pero el problema es el mismo : ¡El miedo¡. Y este miedo perpetúa el nexo, la atadura y la dependencia.
La libertad es aceptar perder o estar preparado para conservar, en todo instante, en cualquier situación; Sin preocuparse ni de uno ni de otro.
Tener una confianza en la vida, ocurra lo que ocurra.
Si se está en estado de abandono, de no-resistencia, de no-ego,lo que ocurre es positivo y evolutivo, sea cual sea la apariencia de las cosas y si hay que abandonar las cosas malas a fin de que no se repitan, hay un momento en el que también hay que abandonar las buenas.Si no, se convierten en un ostaculo.No hay que deternerse en niguna parte.Lo bueno no tiene límites.
Por ello aferrarse es rechazar el proceso de la evolución constante.
La cuestión no es la verdad opuesta a todo el resto, que sería al error,(o mi verdad opuesta a cualquier otra), sino dejar la posibilidad de expresión de su verdad.
Es la cuestión de la comunicación de la verdad de cada uno al otro.
El hombre necesita sentir que su verdad ha sido oida, que tiene un sentido, que es compartida y aceptada por los demás.
Aceptada no en el sentido en que el otro ha de estar de acuerdo, sino en el sentido de una escucha, de una acogida.
A menudo creemos que amar significa que tenemos que pensar como nuetra pareja , ¡craso error¡, la persona tiene miedo a decir lo que piensa, si es distinto a lo que piensa su pareja, pues cree que va a perder su amor y si la pareja piensa lo mismo, la comunicación queda reducida a una superficialid que mata el intercambio dinámico y vivo.
Cuando simplemente se dice nuestra verdad nadie pude llamarse a engaño.
Ese sería el arte de vivir por dentro.

Conferencia al alimón en Valladolid-Burgos con  Don Javier Herrero Maurica y Doña Maria Emilia Martin-Caro Lazuén. Año 2001(fracmento)


MADRID 1 SEPTIEMBRE 2012
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