Puedo meter dentro muchas historías y no importa lo pequeña que sea mi cajita pues siempre ensancha a mi voluntad y caben todas.
También es la caja de mis recuerdos y de mis secretos .
Allí los guardo todos, todos caben y no se mezclan, siempre están en orden perfecto , muy cuidaditos y cuando quiero contar cualquier cosa , sólo tengo que abrila y allí esta mi vida entera.
Tengo que escoger bién y no mezclacar una con otra y no cuente lo que no quiero contar , puede que se me escurra entre los dedos algun secreto , esos sólo me pertenecen a mi, pero cuando cuento mis cuentos y mis leyendas, mis historias y mis novelas, como son cosas que yo viví, y que aún vivo, puede ser que alguna se me escape camuflada o escondida entre mis "notas" , y , ¡¡Se acabaron los secretos¡¡
Hoy se celebra la fiesta de San Antolí y voy a ser muy cuidadosa con mis historias, puedíera ser que se me escurriera una muy dolorosa para mi pués en esa tierra de Castilla se quedó mi vida entera , custodiada con muchas piedras y muchos pinos en la "Avenida de Nuestra Señora de los Angeles " , (¡¡Como no podría ser de otra manera¡¡.Sólo los angeles del cielo si son palentinos o de cerca de Palencia tienen allí su morada cuando nos visitan y no hay que esperar a que sea El Día de Todos los Santos porque los angeles pueden llegar a cualquier lugar, solo hay que cerrar los ojos, y si son angeles verdaderos, los de verdad-verdad,¡¡allí están¡¡ . Muy cerquita del corazón y llenando el alma entera)
Pero también le dan otro nombre , "Pan y Guindas", más no sé si le corresponde y no será porque esa zona está custodiada por el Santo Cristo del Otero que vigila desde lo alto esa recoleta ciudad ,(que por eso la construyó Vitorio Macho y la modeló cuidadosamente) y no vaya a ser que se repita la historia y vuelva a ser atacada por las tropas del Duque de Lancaster en el año 1388 ¡¡que yá llovió¡¡, y aunque los hombres de aquellos tiempos la dejarón solitaria para ir a pelear en La Batalla de Las Navas Tolosa ¡¡que también ya llovió¡¡ las mujeres se bastaros solas para echar de sus tierras a esas tropas y no nesesitarón de los hombres , pues lucharón como leonas valerosas defendiendo a sus "cachorros" y a su gente toda, niños y ancianos, ¡¡todos¡¡ y como fieras tigresas. Por eso son las únicas mujeres que llevan La Banda Amarilla de Honor cruzando sus ropajes que sólo podían llevar los hombres y con honor y orgullo la llevan en su trage regional.¡tan hermosa¡
Según la tradición, el rey Wamba, después de derrotar una rebelión , trajo desde Narbona las reliquias del mártir Antolín, príncipe visigodo ejecutado en Toulouse a fines del siglo V. Estas reliquias fueron depositadas en un lugar sagrado y con el paso de los años se olvidaron por completo. Pero quiero ir un poco más lejos y llegar mucho mas adelante y contar ,como pueda y hasta donde me llega, la historia de "Pallantia", pero será a mi manera .
Será a mi manera...porque aún me duele el amor de mi vida que allí se quedó todo el tiempo que vivii en Palencia , (ahora se llama así ) El amor de mi vida tiene mil nonbres, pero a mi me basta cuando le digo simplemente Amor.
En el tiempo que viví en Palencia no fui nunca a "Los Campos Gotícos" que es como se le llama a la Plaza de Toros ....
Pero dejadme recordar....
Creo recordar que fuí sólo dos veces y muy al principio de llegar allí ,¡¡Con lo que me gustan los toros¡¡, pero según fué trancurriendo el tiempo escondí en mi cajita azul verde-mar esas emociones y cuando quiero las recupero.
Tampoco fuí a "La Balatera" para ver ningún partido de futbol , el futbol no me gusta nada, menos que nada, pero ahora no me quedará más remedio que aguantarme, porque ahora a mis amigos no les gusta ¡¡les apasiona¡¡ seán del equipo que sean, Discuten y pelean,
¡¡Paciencia mi chica¡¡ puede que algún día me guste , pero no lo creo .
Para contaros la historia de Palencia y siempre a mi manera, hoy vengo mucho más cerca y si o sí, tengo tirar de la historia.
Pués bien.... ¡empezaré¡ y prometo hacerlo cortito y no permitiré que nadíe me interrumpa, yo lo cuento como sé y "acomomesalga" y a quien no le gusté puede cambiar de página o irse a Salamanca , que allí enseñan la mar de bién.
Palencia había sido una pequeña ciudad a orillas del río Carrión que, según se cuenta, era considerada de las más antiguas y memorables de Hispania y que los romanos llamaban Pallantia.
Sus habitantes se dedicaban al laboreo de los campos y al cultivo de fértiles huertos que se alineaban, como pequeños jardines, a las márgenes del río.
Estas gentes sencillas, un día vieron con horror, cómo sobre su pequeña ciudad caían avasalladoras las hordas bárbaras.
No quedó piedra sobre piedra.
Las casas fueron saqueadas, sus campos arrasados y sus habitantes, o muertos o hechos prisioneros.
Pasaron los años y, poco a poco, la maleza se fue apropiando de las plazas y callejuelas hasta que la frondosidad de los bosques, que surgieron a orillas del Carrión, borraron casi por completo su huella.
Aquel pequeño oasis en medio de la vasta llanura castellana, se convirtió en paraiso para no pocos animales salvajes que tranquilamente pasaban sus dias sin temor a que algún valiente cazador se atreviera turbar su paz y su reposo.
Pero he aquí que de pronto, un atardecer, unos guerreros, que atravesaban aquellos parajes, decidieron acampar; y en una de sus tiendas, Don Sancho el Mayor, rey de Navarra, fatigado por el largo y agotador viaje, descansó arropado con sus pieles.
Al amanecer del día siguiente, atraído por el agreste paisaje que se ofrecía a sus ojos y sabiendo que podía encontrar abundante caza en esos bosques, el rey, que era experto cazador y gustaba, siempre que le era posible, ejercitar la montería, decidió, con algunos de sus hombres, salir a cazar.
Después de cabalgar un buen rato, ante su vista aparecíó un hermoso jabalí y el rey sin dudarlo un instante se lanzó a su caza.
El jabalí, asustado por la presencia del jinete, escapó por entre los matorrales; pero el rey no estaba decidido a renunciar a tan hermoso ejemplar; enfurecido lo persiguió y disparó una y otra vez su venablo contra la bestia, hasta que el animal, al sentirse acosado, se refugió en una cueva semioculta entre los espinos.
El monarca titubeó un instante con miedo a encontrarse en el interior de la gruta, a oscuras y cara a cara con la fiera; pero el deseo de cobrar esa pieza era más fuerte que su propio temor y, olvidándose del riesgo que pudiera correr ante el enfurecido y herido animal, sin pensarlo más, entró en lo que él pensó que era la guarida del jabalí.
Una vez en el interior, sus ojos, acostumbrados a la luz del sol, no acertaban a ver nada y el rey tembló al oir la respiración jadeante de la bestia, que parecia estar escondida a la espera de una oportunidad para asestar a su cazador un golpe mortal.
Por fin, comenzarón a disiparse las tinieblas y las formas cada vez se hacían más claras. El jabalí está allí, sin escapatoria posible; Don Sancho tensó su venablo y ya estaba dispuesto a disparar cuando, horrorizado, sintió que tenía el brazo paralizado y que las fuerzas le flaqueaban, un sudor frio resbaló por su frente, todo su cuerpo se estremeció preso de un temor desconocido que lo sacudía, con la vista recorrió una y otra vez el interior de la cueva, tratando de encontrar otra salida o al menos un refugio seguro y así escapar de una muerte cierta; pero todo su esfuerzo era en vano.
Cuando ya todo lo creía perdido y casi estaba resignado a su suerte, un rayo de luz, que penetró por una hendidura de la pared, iluminó una pequeña imagen que él reconocio como de San Antonio, hoy llamado San Antolí, patrono de la ciudad, cuyos milagros y virtudes eran muy conocidos por el rey.
No había duda; aquello era una ermita dedicada al mártir y él, sin saberlo, la había profanado. Comprendió que cuanto le estaba sucediendo era castigo divino por tratar de matar en aquel lugar sagrado a una fiera que se había cobijado bajo la protección del santo.
Entonces el rey suplicó la protección divina. Cayó de rodillas y pidió a San Antonio la curación del brazo; y para que su súplica fuese efectiva, le prometió a cambio, erigirle un templo en aquel mismo lugar como desagravio , y reedificar la ciudad destruida, para que así sus habitantes pudieran honrarlo y venerarlo por los siglos de los siglos.
Absorto en sus oraciones, no notó la presencia de sus guerreros, que preocupados lo habían estado buscando y que por fin, acababan de dar con él.
El rey se alegró al verlos y aún más al descubrir que las fuerzas y vigor perdidos, habían regresado a su brazo, pensando que San Antolín ,o San Antolí, había escuchado sus ruegos.
Don Sancho relató a sus gentes lo que le había sucedido y les encargó que divulgasen el prodigio para mayor honra del santo.
No mucho después, en cumplimiento de su voto, reconstruyó y repobló la ciudad de Palencia y en aquel mismo lugar donde se realizó el milagro, erigió un pequeño templo cuyos restos hoy pueden contemplarse en el fondo de lo que los palentinos llaman "la cueva de San Antolín".
Más o menos ese es el principio de la historia del principio de la historia...
O si no, es hasta ahí lo puedo contar sin que se me llene de tristeza la cara y me de un poquito de rabía también, pues cuando regresé a Madrid en Palencia se quedaron muchas cosas. Dejé un matrimonio crucificado y maltratado que me hizo mucho daño ,pero también deje un hijo de dieciseis años , el más amado de mis hijos, cuando bajaba del "Monte El Viejo", bajando de "la Casa Grande" para revolotear y harcer miles de cabriolas con su monopatín , y , cada año, por dos veces , menos estos dos ultimos que estuve en el hospital, voy a encontrarme con él como si fuera la Comunión de los Santos, pero sigue viviendo en mis pucheros y en mi casa toda entera y vivirá conmigo para siempre hasta que Dios me llame a su lado, será entonces cuando de verdad lo acariciaré, mientrars tanto sólo la hago soñando y siempre sueño con él.
La Bella Desconocida es un lugar precioso , pero és dura y seca como sus "Cabezos" y a pesar de todo fuí muy feliz y disfruté mucho y hasta gocé viendo crecer a mis hijos jugando en "La Ribera" .
El pequeño nació allí cuando yo ya tenía cuarente y dos años, luego viniero otros dos , pero Dios no quiso que llegarán a nacer y se los llevó con él para que hicieran compañia al mediano.Puede ser que Dios ya estuviese fatigado de tantas cabriolas ,y si se pone atención , y ¡¡vaya si yo la pongo¡¡ en las noches estrellada se le puede oir , aunque truene o haga mucho frio, revolucionando el cielo con su monopatín y con los aplausos de los angeles.
Hace algunos años , no muchos, La Catredral de Palencia ya estaba muy deteriorada y un arquitecto muy joven con una vertiginosa carrera (que la gente creía que era palentino , y para nada,sólo que cuando marchó de Madrid aún era un crio, Nació aquí y para ser más precisa, en la calle Corazón de Maria nº 25,"quinto piso con ascensores" ) fué contratado por La Diputacion palentina para "reconstruirla" y pude verificar esas historias y tambien las leyendas que se cuentan de esa ciudad castellana ,fria y arida.
Daniel de Soto, que así es como se llama este arquitecto (lo que sigue del apellido me lo callo, ¡es tan largo¡) me llevó por todos los lugares y a todos los escondrijos y vericuetos y hasta en los que mucha gente no podía entrar para nada desde hace, posiblemente, más de un siglo y medio , y me traje a mi Madrid siempre añorado y recordado como al Eden y El paraiso juntos, todas esas historias.
Ahora están guardadas en mi cajita azul verde-mar y son mis recuerdos y mis secretors....¡pero ahí están¡¡
y quién me conoce lo sabe y quien me ama puede entrar ,siempre que quiera, a ellos.Nunca cierro mi puerta a los recuerdos y menos a los sentimientos ,solo hay que empujar suavecito ... ¡y ahí estan¡ y si se me escapa alguno entre mis "notas" , todos saben que no se me escaparon ...
Siempre tiro con bala. Y tengo buena puntería, mis amigos de verdad , los de verdad-verdadera, siempre saben lo que digo y a lo que me refiero.
Bien, pues hoy es San Antolí o San Antolín, ¡¡Losanantolines¡¡ y la ciudad bulle de fiestas, todo el muno sale a calle con su ropa morada y blanca o blanca y morada, pero siempre con esos colores y su pañuelo al cuello ¡¡morado siempre¡¡, hay toros, hay risas y hay juerga, se come de maravilla ,antes, ahora y siempre, y hay un romanico de locura.
Y,,, ¡¡Ay ,Señor¡¡ , Estan mis monjitas ,¡¡Las Clarisas¡¡, Cuantisimo las quiero, y ¡hace tanto tiempo que no las veo¡.
De ellas son las recetas "secretas" y de ellas son los manteles que pongo cuando venis a visitarme, y de ella son "Los Amarguillos" y ese riquisimo "Tocino de Cielo".
Mis felicitadiones para todos los palentinos....
Mucho lloré y mucho rei.
Pero amo a "casi" toda Palecia... ¡¡Vivi muchos años allí¡¡ , y me traje sólo los buenos recuerdos, los "casi" se quedarón allí, ... o los perdí es La Darsena por que ya estaban viejos, o será también , porque ya ni los recuerdo
MADRID 2 SEPTIEMBRE 2012
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