domingo, 17 de junio de 2012

"TU ERES MI HIJO"


Hace falta fe para pronunciar estas palabras ante mi propia miseria y ante una turba esceptica pero yo sé que son verdad, y son la raiz de mi vida y la esencia de mi ser.
Te llamo Padre todos los días, y te llamo Padre porque tu me has llamado a mi, Hija.
Ese es el secreto más entrañable de mi vida, mi alegría más intima y mi derecho más firme a ser feliz.
El cariñoso acento con que te oigo decir esas palabras, a un tiempo sagradas y delicadas:

"Tu eres mi Hijo".

Se que para ti todo momento es hoy, y todo instante es eternidad.Tal es la plenitud de tu ser, la intemporalidad de tu eterno presente.Y mi anhelo es reflejar en mi fragmenteda existencia el destello indiviso de tu constante ahora.
Quiero vivir junto a ti, pero me pierdo a cada paso el sentido de tu presencia.Quiero recobrar el contacto, quiero "hospedarme en tu tienda" y "habitar en tu monte santo".
¡Dime como puedo hacerlo¡
Escucho atenta tu respuesta:
"Tú eres mi hijo"
Y caigo en la cuenta de que ya conocia las respuestas y que todas se reducen a una: el mandamiento del amor y la equidad y la justicia para con todos mis hermanos, y cuando digo todos, es absoluta y rotundadamente todos y no hago dintinciones,pues todo es todos.
"El que procede honradamente y practica la justicia, el que tiene intenciones leales y no calumnia con su lengua, el que no hace mál a su projimo ni difama ..." ése podrá habitar en tu montaña y disfrutar de tu presencia.
Ayer dimos Santa Sapultura a uno de tu hijos. Sé que és uno de los elegidos y que ya conoce tu palabra :

"Tu eres mi hijo"

¿Que he de hacer? te preguntarón un día y tu contestaste, "Ya sabes los mandamientos..."
¿Que he de hacer? ahora soy yo la que te pregunta y respuesta és la misma: "Ya lo sabes"
Si, es verdad que lo sé; y sé muy bien lo que sé.
Y tambien recuerdo tu reacción ante otra persona que te preguntó lo mismo:
"Pues ahora ve tu y haz lo mismo"
Dame Mi Señor, valor para no juzgar, para amar a todos mis hermanos, para ser justa, para ser leal,para no difamar ni calumniar con mi lengua, ser amable y cariñosa y para servir a todos en tu nombre, con la fe de que al servirlos a ellos te sirvo a ti y haciendo el bien en la tierra conseguiré entrar en "tu tienda" y "habitar en tu monte santo"
No me permitas que lo olvide nunca.

.-"Tu eres mi hijo"-.

Amén.


(ORACIÓN)
MADRID 17 JUNIO 2012





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