PREGUNTÉ...
.- ¿Puedo acurrucarme?.-
ME RESPONDIÓ
.- ¿Por qué no?.-
VOLVÍ A PREGUNTAR...
.-¿Siempre estarás?.-
RESPONDIOME DE NUEVO...
.-¡¡Siempre¡¡
Me quedé en paz.
Lo "sentí" y lo crei...
Hicimos un pacto con Dios...
Y él no permitirá que lo quebrantemos
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