sábado, 11 de diciembre de 2010

¡NO ME ROBEIS LOS CUENTOS¡¡

¡NO ME ROBEIS LOS CUENTOS¡,¡NO ME ROBEIS LA FANTASIA¡,¡NO ME ROBEIS LA ILUSIÓN¡


Los orígenes del cuento se remontan posiblemente al Antiguo Egipto.
El primer relato del que se tiene conocimiento corresponde al que cuenta la historia de dos hermanos, Anup y Bata, encontrado en un papiro de hace unos 3.250 años y que, según un estudio efectuado por Kurt Ranke, ha sufrido más de 700 versiones distintas.

El cuento en cuestión tiene cierta similitud con la historia narrado en el Génesis sobre Adán y Eva :
los dos hermanos se querían y ayudaban hasta que la esposa de Anup, la serpiente, vino a tentar a Bata, tratando de seducirlo.

También la mitología griega es sin duda la gran aportadora de personajes y creadora de leyendas que, evolucionadas a través de los siglos y bajo la influencia de las distintas culturas y tradiciones, son indiscutible origen de muchos de los cuentos que hoy conocemos.

En estas leyendas se plasman muchos de los temas preferidos de los llamados “cuentos maravillosos” : la aventura del héroes que, para ganar el favor de la princesa o conquistar un Reino, ha de someterse a innumerables pruebas de habilidad o de inteligencia, de las que sale victorioso ayudado por aquellos dioses que le eran propicios : Jasón, que ha de conseguir el Vellocino de Oro, Teseo, que ha de derrotar al Minotauro, Perseo, que ha de enfrentarse a la Medusa, Heracles, famoso por la consecución de “los diez trabajos”... o la leyenda de Alcestis, hija de Pelias.

Pelias anuncia que concederá la mano de su hija a aquel rey que consiga uncir un jabalí y un león a su carro para participar en las carreras : fueron muchos los reyes que lo intentaron y fracasaron, pero Admeto, rey de Feras, lo consigue con la ayuda de Apolo. Este tema es frecuente en los cuentos infantiles, y sirve como excusa para ensalzar al campesino pobre pero valiente, que, en competencia con reyes y príncipes, consigue con astucia o ayudado por la magia de algún hada protectora alzarse vencedor de la prueba y obtener la mano de la princesa.

Y como no, es un cuento clásico el de Midas, rey de Macedonia, al que Dionisos, agradecido por haber salvado al sátiro Sileno, prometió conceder cualquier deseo : Midas eligió tener el poder mágico de convertir en oro todo lo que tocara.

Respecto al personaje de la bruja, es evidente la gran similitud de Circe, la bruja de Homero en la Odisea, que usando sus artimañas mágicas consigue envolver a Odiseo y retenerlo a su lado mientras convierte a sus compañeros en cerdos, con las brujas de los cuentos de hadas, aunque estas prefieren convertir al príncipe en sapo.

El origen del cuento en España tiene sin duda gran influencia de la cultura árabe : estos introdujeron gran cantidad de relatos, que fueron en su mayoría recopilados por el infante D.Juan Manuel, regente de Castilla, en su obra “El conde de Lucanor o libro de los exemplos”. En esta obra, escrita en 1328, encontramos una de las características típicas del cuento : la moraleja. En efecto, los relatos, que en parte procedían de la tradición árabe, eran contados por Patronio, su preceptor, y cada uno de ellos servía para dar una respuesta moral a las dudas que se le iban planteando.

Esta intención moralizadora del cuento ya aparece, sin embargo, en las fábulas de Esopo, en pleno siglo VI a.c., quien utilizaba como protagonistas a los animales : esta costumbre de utilizar al mundo animal como protagonista fué, siglos mas tarde, copiada por el francés La Fontaine, y por todos los grandes recopiladores y autores de cuentos, hasta el presente.

Es el cuento una narración generalmente breve, de un hecho o hechos reales, legendarios o fantásticos, cuya finalidad consiste, además de entretener y divertir, moralizar. Al hablar del cuento, es difícil sustraerse el recuerdo de la infancia : así, aparecen ante nosotros toda una galería de inolvidables personajes, portador, cada uno de ellos, de una serie de virtudes o cualidades.

Y es que el cuento infantil es, sobre todo, maniqueo y fantástico, donde la madrastra, el lobo, la bruja perversa, el ogro...encarnan la amplia simbología del mal.

1. ESTEREOTIPOS SOBRE LOS PERSONAJES MAS COMUNES DE LA LITERATURA INFANTIL

Sin duda, el cuento infantil, sea de la época que sea, lleva implícito en cualquiera de sus personajes toda una serie de estereotipos que reflejan aspectos culturales y tendencias de la época del que proviene, actualizados continuamente a lo largo de los siglos.

Cada personaje se identifica con rasgos o valores que el narrador quiere destacar como representantes del bien o del mal, como ejemplo a imitar o a repudiar: no en vano ya se ha dicho que el cuento, entre otras cosas, tiene un gran carácter moralizador.

Por supuesto, estos valores cambian con el tiempo, se adaptan a las estructuras socio-culturales del momento, tienen un determinado significado o dejan de tenerlo según la época y lugar en que estemos hablando.

Así, el héroe y el villano de los cuentos de Perrault o de los Grimm poseen cualidades o defectos distintos de los que hoy en dia se considera como tales.

También es preciso destacar que en el cuento se encubren, a través de los distintos personajes, determinados instintos, disfrazados de fantasía ( violencia, sexo, temor, maternidad, crueldad..) expuestos de la forma más natural : el fantástico mundo de los cuentos está lleno de escenas cotidianas, de situaciones reales, donde no se escatiman ciertamente ni sexo ni violencia.

He aquí algunos de esos personajes comunes, y su posible interpretación :

a) El Hada : representa la magia “blanca”, los espíritus sobrenaturales femeninos, la madre protectora, (hada madrina). El Hada protege al héroe ( el príncipe ), a la niña inocente ( “La Bella durmiente”), contra el poder destructor de la bruja o el mago.

b) La Bruja : representa el poder del mal que ha de ser combatido y destruido, representa la parte regresiva de todo ser humano. Es villana permanente en los cuentos de hadas.

c) El ogro : representa la maldad, la violencia ( el ogro de “Pulgarcito” degüella a sus hijas por error...)

d) El lobo : simboliza el miedo a la noche, a la oscuridad. Es el animal salvaje que más veces aparece como villano en los cuentos. ( “Caperucita”, “Los tres cerditos” )

e) La madrastra : representa la destrucción de la vida familiar , la pérdida de la seguridad que ampara al niño. Su intervención en el cuento siempre da lugar a la aparición de la heroicidad en el niño o la niña desamparado.

f) La princesa : simboliza generalmente a la niña mimada, inútil y caprichosa que ha de ser protegida por el héroe ( generalmente pobre, de status inferior ) quien ha de luchar contra el villano o contra la adversidad para obtenerla como premio.

g) La niña desamparada : viene a representar el instinto maternal, ( cuida de sus hermanos pequeños ), su actividad es la imagen de una mal interpretado rol femenino, ya que ha de ocupar el lugar de una madre que no existe ante sus hermanos en aquellas labores que se supone que ha de asumir : las del ama de casa. Es una heroína “sumisa”

h) El niño desamparado, por contra, también cuida de sus hermanos menores, pero respecto a defenderles contra los villanos de turno, con valentía y arrojo. Es un héroe “de acción”.

2. VILLANOS DE CUENTO.

En palabras del filósofo Fernando Sabater ( “Malos y malditos”), “los malos siempre introducen un elemento de seducción y animación a la narración que la hace mucho menos aburrida”. Efectivamente, no sería posible relatar un cuento en el que el protagonista no tuviera un oponente al que derrotar.

Sirven, por tanto, de referencia para ensalzar la bondad del héroe : provoca su respuesta, agudiza su ingenio. Los “malos” introducen en el cuento esa “chispa” que hace del relato algo apasionante, que provoca la identificación del lector con el héroe que ha de destruirlo y humillarlo. El lector del cuento (el niño ) toma como ideal al héroe valiente que desafía el mal, se introduce en el personaje y con el, vive las mas apasionantes aventuras luchando contra fieras, brujas o dragones.

Siguiendo la teoría de Vladimir Propp, “la trama del cuento maravilloso contiene una desgracia y la salida del héroe”

Muchas son las aventuras que el héroe ha de correr para solucionar el problema del infortunado protagonista, víctima de acontecimientos extremos o de la pérfida actuación de malvados de todo tipo.

Caperucita Roja sería una niña tonta si no tuviera que enfrentarse al peligroso lobo. Blanca Nieves no dejaría de ser una princesa venida a menos, si no fuera porque su madrastra la odia hasta tal punto que decide matarla, y ese odio es el que da lugar a la aventura.

Pero sin duda el villano por excelencia, el más atrevido y odiado, ha sido la Bruja. La Bruja es la antagonista perfecta del cuento infantil, capaz de aparecer en cualquiera que sea el tema que éste relata.

Lo mismo aparece como maléfica encantadora de príncipes y princesas ( El príncipe convertido en sapo, La Bella Durmiente ), como madrastra que utiliza sus poderes para acaparar el poder del reino, ( Blanca Nieves y los siete enanitos), como vagabunda que propone pruebas terribles a los caminantes, como vieja del bosque que trata de atraer con engaños a niños perdidos para intentar comérselos (Hänsel y Gretel), como pérfida maga que engaña a la heroína que, por amor, busca en los hechizos la solución a sus males ( La Sirenita )...

El personaje de la bruja encarna la simbología del mal, la superstición y la magia negra, y tiene una gran presencia en los relatos que, origen de muchos cuentos, se forjaron en la sociedad campesino-feudal de la edad Media.

Durante varios siglos de la Antigüedad clásica, existió la creencia de que ciertas mujeres eran capaz de transformarse a voluntad y de transformar a los demás en animales, según su capricho. Estas llamadas “brujas”, podían realizar vuelos nocturnos ( la imagen clásica es la que las hace llamar “scobaces” o “escobaceas” a las brujas en Normandía, por la costumbre que se les atribuía de volar sobre una escoba) y así llegar a los sitios más recónditos.

Según esta creencia, eran también expertas en la fabricación de hechizos y filtros de amor, a base de mezclar en grandes calderos ingredientes tales como habas, testículos de gallos, ojos de serpientes y similares, para hacerse amar o para hacer aborrecer a una persona. Podían también provocar tempestades y dar sustos terroríficos a aquellos que consideraban sus enemigos o a los caminantes que osaban adentrarse en sus dominios, generalmente, el bosque.

Curiosamente, otra vez hay que volver a mencionar la influencia de la mitología griega respecto al curioso “ingrediente” que utilizan para sus pócimas: las habas. Las brujas, relacionadas con el mundo del mal y de la noche, usan las habas al igual que los espíritus del Tártaro : aquellos que han sido favorecidos por los jueces de los muertos, son enviados al Eliseo, donde tienen la posibilidad de esconderse dentro de un haba confiando en que ésta sea comida por una joven, que al darles a luz, les devolvería a la vida.

Pero sigamos con el personaje. La imagen estereotipada del cuento las define como viejas amargadas y malévolas, grandes narices y grandes verrugas en el rostro que, acompañadas siempre por su escoba y su gato negro, viven recluidas en la profundidad del bosque, donde acechan a los incautos caminantes o raptan niños para devorarlos.

Para realizar sus maldades, realizan conciliábulos nocturnos en los que adoran al Demonio y a las fuerzas del mal ( en la mitología clásica, consideran como divinidades protectoras a la Noche, a Hecate y a Dracia ) y fabrican filtros y bebedizos con los que envenenan o ganan la voluntad de sus víctimas.

La figura de la bruja como protagonista del cuento infantil, no obstante, ha evolucionado en los cuentos de hoy de un modo positivo : la bruja actual, sin perder sus atributos mágicos, su gato y su escoba, se presenta como un personaje más amable, divertido y que, más que empeñarse en hacer el mal, realiza travesuras mediante las que solo pretende fastidiar al héroe del cuento.

Y respecto a la literatura infantil hoy en dia, hay que decir que como antagonista, la bruja ha perdido terreno como personaje malvado típico y como protagonista de aventuras terribles : en el mundo de hoy, dominado por la informática y la tecnología, los personajes preferidos como villanos han pasado a ser robots, monstruos cibernéticos cuyos poderes destructivos van en función del número de chips malignos que puedan poseer.

El cuento japonés, con sus “Mazinger Z” y sus dragones informáticos, ha relegado al personaje de la bruja que, no por menos odiado, resultaba entrañable, al olvido.

3. HÉROES Y VILLANOS...SEGÚN EN QUÉ CONTEXTO.

Como se ha mencionado anteriormente, el cuento, en su afán moralizador, atribuye rasgos comunes que identifican a sus personajes como buenos o malos, es decir, como ejemplos a imitar o a repudiar. Pero estas atribuciones sobre la bondad o la maldad del personaje cambia sensiblemente según cambian los valores de la sociedad en que se desarrolla la narración.

La mayoría de los llamados “cuentos maravillosos” provienen de viejos relatos de campesinos sometidos al régimen feudal. En este contexto, los valores sociales mas apreciados lo constituyen el valor y el respeto por el orden establecido: se trata de una sociedad perfectamente jerarquizada donde cada cual ostenta el estatus que le confiere su nacimiento, y en la que, la única oportunidad de mejora social para el pueblo llano, es la fantasía del joven campesino que, tras conseguir burlar a su destino a costa de superar pruebas con picardía e ingenio ( y con la ayuda del hada protectora), consigue la mano de la princesa inalcanzable, como premio a su heroicidad.

La magia y la superstición son los dos polos que definen al héroe y al villano: si para el primero, la magia es la ayuda inapreciable que le defiende contra la adversidad ( la espada mágica, las botas de siete leguas, la habichuela que se convierte en escalera al cielo...), la superstición es, para el segundo, el origen de su maldad.

Pero el héroe evoluciona, como ya se ha dicho, con la sociedad. En pleno siglo XVIII la Revolución Industrial ha removido todos los cimientos sociales, la estructura agraria tradicional ha sido sustituida por la estructura ciudadana.

Surgen entonces nuevos héroes y nuevos villanos, más acordes con el pensamiento del hombre de ciudad. La rebeldía, la aventura, crean héroes que, tradicionalmente, fueron villanos : piratas, pistoleros, bandidos...son los nuevos héroes que se enfrentan precisamente al orden establecido : Sandokan lucha contra el inglés invasor, los bucaneros del Caribe se dedican al abordaje de las naves de los odiados españoles, el pistolero asalta diligencias, pero es tan carismático y valeroso que al final, siempre acaba llevándose a la chica...son sus características el arrojo, el desprecio ante el peligro. El villano es ahora el propio sistema : la sociedad burguesa, de costumbres acomodadas y aburridas, el patrón, el ejército.

El turbulento Siglo XX proporciona al cuento un nuevo elemento de heroicidad : el componente bélico. La influencia americana propone nuevos villanos, personalizados en japoneses y alemanes contra los que el héroe ha de luchar para defender la libertad del mundo.

Y los superhéroes : dotados de poderes sobrenaturales, seres mutantes defienden la tradición y los valores de la sociedad americana enfrentándose a los nuevos malvados : monstruos deformes y malvados científicos cuya obsesión es conquistar el mundo. Superman, Spiderman, Batman, X-man, y tantos otros mutantes son los nuevos protagonistas del cuento infantil, que, a su vez, se ha revestido de una forma más dinámica y acorde con los tiempos : el comic.

Las virtudes del nuevo héroe no tienen nada que ver con aquellos príncipes de modales caballerescos que, espada en ristre, salvaban princesas, derrotaban dragones, burlaban a brujas y ayudaban al desfavorecido : ahora vuelan, poseen armas sofisticadas y tienen visión de rayo láser.

Se enfrentan al villano con tanta violencia como les permiten sus artilugios de laboratorio : sus aventuras son pura ciencia-ficción, no obstante, son el fiel reflejo de una sociedad que se mueve vertiginosamente hacia el futuro, que ha cambiado las noches del cuentacuentos a la luz de las velas por el individualismo ante la televisión, las prisas y el stress.

Finalmente, y a pesar de las tendencias japonesas que han invadido con sus monstruos-robots el espacio de la fantasía infantil ( ahora mas violenta que nunca ), surgen en la literatura nuevos protagonistas que, poco a poco, van conciliando el mundo de los niños con una realidad mas cotidiana. Los nuevos héroes son niños estudiantes que corren aventuras en su ciudad : Manolito Gafotas, Harry Potter, ya no se enfrentan a villanos inconcebibles, sino a personajes de carne y hueso que forman parte de sus vidas.

El cuento, definitivamente, ha desterrado los viejos arquetipos del villano de antaño, y ahora el “malo” suele ser el profesor del “cole” y sus exámenes, el colega forzudo que nos hace la vida imposible en el recreo, la hermana mayor que nos intenta colocar algún que otro “trabajillo” casero que ha de justificar ante sus padres...y por supuesto, algún desaprensivo al que el niño investiga y consigue desenmascarar.

El cuento de hoy, mas que fantasía, es el relato diario de personajes comunes en situaciones comunes : se ha integrado en la vida real.


MADRID 21 MAYO 2010



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