sábado, 11 de diciembre de 2010

DIJO ALMITRA ...

DIJO ALMITRA: HABLEMOS DEL AMOR.


Y .. él alzó su cabeza, miró a la gente y la quietud descendió sobre todos.
Entonces, con fuerte voz, dijo:

Cuando el amor os llame, seguidlo.
Aunque su camino sea duro y penoso.
Y entregaos a sus alas que os envuelven.
Aunque la espada escondida entre ellas os hiera.
Y creed en él cuando os hable.

Aunque su voz aplaste vuestros sueños,...
como hace el viento del norte, el viento que arrasa los jardines.
Porque, asi como el amor os dá gloria, asi os crucifica.
Asi como os dá abundancia, asi os poda.
Asi como se remonta a lo más alto y acaricia vuestras ramas
más debiles,que se estremecen bajo el sol,
Así caerá hasta vuestras raices y las sacudirá en un abrazo
con la tierra.

Como una gavillas de trigo él os une a vosotros mismos.
Os desgarra para desnudaros.
Os cierne, para libraros de los pliegues que cubren vuestra figura.
Os pulveriza hasta volveros blancos.
Os amasa, para que lo docil y lo flexible renazca de vuestra dureza

Y os destina luego a su fuego sagrado, para que podais ser
sagrado pan en la sagrada fiesta de Dios.

Todo esto hara el amor en vosotros para acercaros al co-
nocimiento de vuestro corazón y convertiros por ese co-
nocimiento, en fragmentos del corazòn de la Vida.

Pero si vuestro miedo os hace buscar solamente la paz y
el placer del amor...
Entonces seria mejor que descubrierais vuestra desnudez
y os alejarais de sus umbrales.
Hacia un mundo sin primaveras donde reireis, pero no con
con toda vuestra risa, y llorareis , pero no con todas
vuestras lagrimas.

El amor no da más que de si mismo y no toma nada más
que de si mismo.
El amor no posee ni es poseido.
Porque el amor es todo para el amor.

Cuaando ameis no digais: "Dios está en mi corazón"
sino más bien: "Yo estoy en el corazón de Dios"
Y no penseis en dirigir el curso del amor porque será él
si os halla dignos, quien dirija vuestro curso.

El amor no tiene otro deseo que el de realizarse.
Pero si amais y no podeis evitar tener deseos, que
vuestros deseos sean estos:

Fundirse y ser como el arroyo, que murmura su me-
lodia en la noche
Saber del dolor del exceso de ternura.
Ser herido por nuestro propio conocimiento del amor
Y sangrar voluntaria y alegremente.
Despertar al alba con un alado corazón y dar gracias
por otro dia de amor.
Despertar al mediodia y meditar en el éxtasis amoroso.
volver al hogar cuando la tarde cae, volver con gratitud.
Y dormir con una plegaria por el amado en el corazón y
una canción de alabanza en los labios.

(Khalil Gibran)


MADRID 20 MAYO 2010

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