Viniste al fin, y por eso
dejé ir a las libélulas
que conservaba cautivas
entre mis cinco dedos
este atardecer de otoño
Viniste al fin ...
¿será porque siempre anhelas, corazón,
que siempre enciendo una lámpara en el naranja del ocaso?
dulce y triste como un amor
sobrecogido por largos suspiros de lo profundo de un sauce...
poco a poco va saliendo la luna...
la tierra parece una magnífica flor de loto cuando el sol se alza
sobre el paisaje nevado.
Puedo entregarme a ella ...
En vestiduras de oro
ellos parecen pajarillos
danzando en el cielo
las hojas del árbol del ginkgo
flotando bajo el último sol.
De los innumerables escalones
que conducen a mi corazón...
él subió tan sólo ...
quizás dos o tres.
(Yosano Akiko)
http://www.youtube.com/watch?v=7MfQSMJMPmI%EF%BB%BF
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